sábado, 31 de diciembre de 2011

Aquí hay gato encerrado


HAY gato encerrado, de eso no cabe duda, porque hace meses que no veo ninguno en Bilbao. Y no me refiero a los hidráulicos, sino a esas cuadrillas de felinos que merodeaban alrededor de los contenedores o se agazapaban bajo los vehículos para recibir el calor residual de los motores. ¿Perdieron la guerra con los perros y fueron expulsados de la ciudad? ¿Han sido las palomas y los mirlos quienes han conseguido echarles? ¿Azkuna, quizás, con su desmedido afán de limpieza?

Caben otras explicaciones aún más inquietantes: que los haya secuestrado una mafia para surtir a la industria clandestina de producción de vídeos de mininos. Miles de televisiones y de páginas web mantienen sus audiencias gracias a las enternecedoras imágenes de estos animalitos haciendo tonterías.

Me preocupa, también, que sea cierto eso de que "Cada vez que alguien se masturba, Dios mata a un gatito". Si esa fuera la causa, la vida sexual de la ciudad dejaría mucho que desear y tendría que monitorizarnos la doctora Ochoa. Sea cual sea la razón, descarto sin pestañear que nos estén dando gato por liebre porque, haya crisis o no, ya nadie come liebre.

Para ser absurdo, prefiero pensar que el gato Tomassino, que heredó al morir su dueña una fortuna de 10 millones de euros, les ha invitado a todos al Caribe, al mismo hotel donde se aloja Pancho, el perro que se fugó con el cuponazo de su dueño. El caso es que no hay gatos en Bilbao y los echo de menos. Una ciudad puede ser limpia y acogedora, pero si no tiene gatos, no puede demostrarlo.

Josetxu Rodríguez

viernes, 23 de diciembre de 2011

A Lehman Brothers le toca un ministro


CÓMO se nota que el ladrillo está de capa caída. Este año, la Lotería de Navidad le ha vuelto a tocar a Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón y líder del PP, pero en lugar de la habitual lluvia de millones, se ha conformado con una pedrea de 120 euros por décimo. Ya ven, una miseria comparado con los nueve premios que ha conseguido en la última década. En 2000, 113.000 euros; en 2001, 103.000; en 2002, 29.000; y así, hasta 2008, en el que atrapó el Gordo de la Lotería del Niño que le supuso dos millones de euros libres de impuestos.

No hay caso igual, si exceptuamos al exalcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, que tuvo suerte y la diosa Fortuna le cubrió con su manto en el sorteo de Navidad y en el del Niño. Tanto es así, que pagó una finca con 145 décimos premiados en tan solo dos semanas. Cuando a uno le sonríe la fortuna es igual lo que haga, porque es caprichosa como ella sola. Con anterioridad, tenía querencia por los narcotraficantes gallegos, a quienes cubrió de billetes empolvados con coca.

Y, hablando de canallas, no sé por qué, me vienen a la memoria el caso de Goldman Sachs y Lehman Brothers. Después de causar un tsunami mundial por su codicia y llevar a la ruina a media docena de países en Europa, uno de sus ejecutivos ha sido designado primer ministro de Grecia, otro presidente del Gobierno de Italia y, un tercero, presidente de Banco Central Europeo. En España, el nuevo ministro de Economía fue de Lehman Brothers. Al parecer, a estos solo les tocó la pedrea.

Josetxu Rodríguez

lunes, 19 de diciembre de 2011

La Justicia del Museo de Cera

Prueba de agudeza visual... ¿Quién falta aquí?




[caption id="attachment_1547" align="aligncenter" width="490" caption="¿Dónde está Iñaki Urdangarin?"][/caption]

En un rinconcito mirando a los futbolistas.





[caption id="attachment_1548" align="aligncenter" width="490" caption="La nueva ubicación de Iñaki Urdangarin, en el Museo de Cera"][/caption]

Al paso que van, los del Museo de Cera van a ser aclamados como tribunal popular. Hacen Justicia sin marear la perdiz y personaje que se mueve, no sale en la foto. Urdangarin ya está pagando sus culpas con el uniforme de paisano y en un rinconcito, donde no se le ve mucho.


A Marichalar le pusieron en un tendido, con los toreros. Urdangarin ha tenido suerte y no le han colocado con los trileros, al menos, hasta que se celebre el juicio...



sábado, 17 de diciembre de 2011

El babyphone


LA madre ha recibido una llamada de teléfono de su hijo que la ha dejado ojiplática. Y no solo por lo que dice, que también, sino porque todavía no ha nacido. Nadie sabe cómo, pero el feto se las ha ingeniado para conseguir un móvil y algo todavía más difícil: cobertura.

Según parece, gracias a las compañías de bajo coste, los bebés ya no vienen de París, sino de países exóticos; y no traen una baguete multicereales con harina candeal y sal del Himalaya bajo el brazo, sino un smartphone con tarifa plana intrauterina.

El caso es que el proyecto de chiquillo le ha pedido que le envíe por email la foto de la ecografía, porque quiere ponerla como salvapantallas, y una de su padre para enviársela a través de twitter a otro feto con quien contactó en la última revisión del ginecólogo.

Ni qué decir tiene que la madre no da crédito y, temiéndose una broma radiofónica, le ha pedido una prueba que demuestre su identidad. "No hay problema. Patada al riñón", ha escuchado por el auricular segundos antes de sentir un agudo dolor en el costado. Tras la confirmación, ella ha querido continuar la conversación, saber más cosas de él, cómo se siente, cómo se llama, pero no ha sido posible. Al parecer, tenía varias llamadas en espera y le ha prometido que en cuanto tenga nombre se lo dirá, que ha creado una encuesta en Tuenti con varias opciones. También le ha preguntado si lo del cordón umbilical no podría actualizarse con una conexión bluetooth para sentirse más libre. Luego ha colgado.

Josetxu Rodríguez

jueves, 15 de diciembre de 2011

Un caso terrible, terrible



A un hombre de unos 73 años le está entrevistando un periodista de "Callejeros" en un jardín.
El hombre entrevistado se expresa del siguiente modo:

Soy hijo de exiliados.
Hasta los 27 años y poco antes de la transición no pude volver a España por  culpa de Franco.
A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo.
Mi madre estuvo muchos años en silla de ruedas.
Ahora tengo 73 años.
Hace meses me quitaron el 30 % de un pulmón.
Mi mujer es inmigrante.
Tengo tres hijos con ella.
De los tres sólo trabaja una, la del medio,... pero no cobra nada.
Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación.
La mayor se acaba de divorciar.
Mi yerno se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños.

El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y además se ha casado con  una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba, tenía muy buen puesto, pero desde que vino a mi  casa ya no hace nada.

Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo.

Y para colmo este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos podido ir de  vacaciones y si me apuras... ni he podido celebrar que España ha ganado el  Mundial.

Para colmo, el marido de la mediana anda en líos con la justicia. Al enterarme me desmayé y casi pierdo un ojo al darme con una puerta...

El periodista pone cara de asombro y comenta:
Majestad, no creo que su situación sea tan mala

Recibido por correo

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El fin es convertirnos en epsilones

[caption id="attachment_1520" align="aligncenter" width="220" caption="Aldous Leonard Huxley"][/caption]

ES una guerra psicológica subliminal y persistente. Desconozco cuándo empezó, pero ahora que soy consciente de ella veo sus efectos devastadores por doquier. Al principio fue una ligera sospecha, un cierto desasosiego. Pero un día, tras salir del lavabo de un restaurante, un chispazo neuronal hizo que todas las piezas encajaran. Nos están amansando, degradando, convirtiéndonos en insignificantes objetos humanos. En aquel retrete oscuro lo vi todo claro. Descubrí por qué los sensores de presencia se apagan en un par de minutos, obligándote a realizar tus necesidades biológicas entre tinieblas; o por qué el funcionario te deja con la palabra en la boca para atender su twitter en el móvil. Es un auténtico bullying social organizado. Todo está pensado para humillarte, para que te difumines como entidad respetable, para bajarte la autoestima.

El fin es convertirnos en epsilones, la casta más baja de "Un mundo feliz" de Huxley, tan utilizables como prescindibles. Nos preparan para que asintamos sin padecer, entes amedrentados y sin derechos a quienes les da igual que les cambien la Constitución o les alarguen la vida laboral dos años. Si mañana nos colocaran a dedo un tecnócrata de presidente como en Grecia o Italia, algunos ni se darían cuenta del cambio. Están tan cerca de conseguir sus últimos objetivos que hasta las compañías de servicios te obligan a conversar con una voz informática, demostrando con ello el nivel que ocupas en su sistema de valores. El mismo que una máquina parlante. ¡Indignaos!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Historia mínima: la compañera



El marido estaba en estado de coma. Su mujer permaneció a su
lado todos los días durante meses.

Un día que él despierta, le pide a su mujer que se acerque y con lágrimas
en los ojos, le dice :

- ¿Sabes qué? Siempre has estado a mi lado en cada momento malo.
Cuando fui despedido del trabajo, me diste ánimo, cuando mi negocio
quebró, estuviste ahí, cuando me dieron aquella paliza, estuviste a mi
lado, cuando perdimos la casa, te quedaste conmigo, cuando mi salud empezó
a decaer, estabas ahí mismo, a mi lado....

- ¿Sabes qué?

- ¿Qué, querido?, preguntó ella sonriendo, a medida que su corazón se
llenaba de ternura...

- Para  mí... que me traes mala suerte ..."

domingo, 4 de diciembre de 2011

Profecía: Euskadi año 2041



EUSKADI AÑO 2041. La generación de la crisis de deuda lleva trabajando desde los 18 años a pleno rendimiento, mejor dicho, a destajo, ya que les pagan por tarea realizada. Lo mismo ocurre con sus padres y sus abuelos, cuya edad de jubilación la decide un comité de mutuas en base a un examen médico exhaustivo. Quien no lo supera, por la razón que sea, ocupa una plaza en las residencias Soylent Green para la 4ª edad no operativa, en donde espera que llegue su fecha de tránsito para ser reciclado.

En un pabellón industrial, dos jóvenes aprovechan el descanso biológico de 10 minutos que les corresponde por su jornada de 11 horas para ir al baño y nutrirse. Una de ellas, embarazada, utiliza la tarjeta de racionamiento corporativo para adquirir en el economato un tubo de pasta multivitamínica con la que dan puntos. Espera sumar los suficientes para conseguir una jornada de baja maternal el día que dé a luz. Si no hay contratiempos, una semana después el bebé pasará al pabellón guardería con línea de montaje donde podrá hacer tareas simples y empezar a ganarse el biberón en cuanto controle dónde tiene las manos. "¿Te acuerdas de las comidas que nos daban nuestras amatxus?", comenta nostálgica, mientras absorbe el engrudo. "Ya te digo... aquellos happymeals, telepizzas, salchichas de chocolate... ¡Qué banquetazos!", concluye la otra mientras regresan al trabajo.

Las profecías de Orwell "1984" y de Kubrick "2001. Odisea espacial"  no se cumplieron, quizá haya suerte y esta tampoco.

Josetxu Rodríguez