ENTRE las especies de homínidos que
malvivimos en la zona euro hay ejemplares no exentos de peligro. Uno de
los más dañinos por su amplio potencial para producir estragos en todo
tipo de bienes, ya sean propios o ajenos, es el Homo Vigoréxicus interruptus.
Esta especie de supermán a tiempo parcial suele pasarse el año
matasellando albaranes en una distribuidora de txistorras o quemándose
los ojos ante un ordenador, pero cuando llegan las vacaciones se dirige a
una agencia de tourturing y contrata un programa al que ni siquiera el juez del caso Nóos, que los tiene bien puestos, sería capaz de hacer frente por más que incluya un seguro de vida y una UVI móvil.
El Vigoréxicus interruptus
es un individuo con gran propensión a padecer y producir
politraumatismos y lo mismo te cae encima desde un puente atado a una
soga, que se precipita sobre tu tortilla colgando de un parapente. En
ocasiones puede pasarte por encima con una moto de agua, atropellarte
con un caballo desbocado o aparecer enredado en la pita de la caña de
pescar con bombonas de oxígeno y todo.
Solo rivaliza con él, en lo que a
molestias se refiere, el Explorator nautilensis, que suele
introducirse en alta mar a lomos de un sillón flotador con mar arbolada y
viento fuerte. Ambos merecen ser hibernados en junio y descongelados
en septiembre para tranquilidad de la comunidad en general y de los
servicios de emergencia en particular.
Josetxu Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu participación...