ES sorprendente la cantidad de hombres
maduros que, a punto de jubilarse y dejar el consejo de administración,
la dirección general o el ministerio, deciden abandonar a sus esposas de
toda la vida para largarse con jovencitas lactantes que les llevan a
patinar al parque y a ver conciertos de Miley Cyrus. Basta echar un
vistazo a las revistas del corazón para hacer una estadística fiable.
Cabría preguntarse qué es lo que ven las lolitas en los hombres de
sienes plateadas que no aprecian los efebos en el relleno facial con
ácido hialurónico. ¿Por qué es relativamente frecuente encontrar abuelos
con parejas que parecen sus nietas y no a mujeres maduras con mancebos
incansables? Hay quien dice que las jóvenes, más que seguridad económica
o posición social, buscan la protección de la edad, aunque esa
protección también la brindan los jubilados de La Naval y no conozco a
ninguno emparejado con una veinteañera. Sentada la base de que a cierta
edad a muchos hombres les tienta la idea de encontrar al despertarse
unas Nike bajo la cama y unos leggins junto a sus corbatas, no hay razón
para que a ellas no les suceda lo mismo. Solo cabe una explicación para
este fenómeno de invisibilidad: los hombres alardean de este tipo de
relación y ellas la disfrutan en la intimidad. Salvo Liz Taylor o Zsa
Zsa Gabor, que tuvieron ocho maridos sin despeinarse. Alguien dijo que
por querer hacer las cosas de forma decente y casarse con los hombres
con los que se acostaban.
La niña dice que no quiere ser mujer. Que
la adolescencia tiene un pase, pero que la madurez es un auténtico
rollo. Y yo le digo que se lo hubiera pensado antes, que ahora su
condición femenina ya no puede devolverse porque ha caducado la garantía
y está usada, dicho en sentido figurado. O al menos eso espero.
Pero
ella responde que tiene derecho a quejarse porque nadie le había
informado de los inconvenientes, de los daños ocultos, ni del estudiado
plan de obsolescencia programada instalado en la vida de una mujer, como
ese de los coches, que permite saber con total precisión cuándo van a
fallar. Y le pregunto en qué basa su teoría y cómo ha dado con ella si
se pasa las horas muertas viendo anime japonés en extraños canales
televisivos. Y es precisamente la pantalla quien le ha abierto los ojos
con sus anuncios en los que solo aparecen mujeres que pierden orina,
tienen hemorroides, migrañas, estreñimiento, sinusitis, gripe, flacidez,
sofocos, celulitis, obesidad y manchas de edad en la piel. Que se deben
gastar fortunas en productos que solo sirven para ponerlas en forma y
que puedan volver rápido al trabajo y luego hacer disfraces de castor a
sus tres hijos o subir bolsas de la compra a casa que deslomarían a un
estibador. Los hombres, en cambio, solo sufren ligeros resfriados o
colesterol, toman una pastilla o un yogur, y pueden seguir escalando la
montaña o tomando cañas con los amigos. Y la verdad, como no sé que
decirle, le pido que apague la televisión.
ESTOY a punto de crear una fundación que preserve y potencie el oficio del manitas,
cuyo proceso de extinción ha discurrido paralelo al del tocadiscos
portátil y el cueceleches. Y me refiero a esos personajes de la vieja
estirpe, sin oficio definido pero maestros en resolver todo tipo de
problemas con creatividad, inteligencia emocional y lógica difusa. Su
desaparición supondría una catástrofe para la humanidad, saturada de
operarios capaces de reprogramar la trayectoria de la Estación Espacial
Internacional con el mando de la tele, pero inútiles ante el goteo de un
grifo o la instalación de un timbre. Si se te presenta un problema como
el descrito, cualquier empresa del ramo te pedirá que le envíes por
burofax una fotocopia de tu declaración de la renta antes de localizar a
un especialista en arqueología industrial que lo resuelva. Puede que
antes te aconseje instalar una ducha con ultrasonidos o cambiarte a una
casa donde funcione la campanilla. A medida que los manitas
desaparecen, las chapuzas se reproducen como conejos ante la falta de
zorros. Al flamante San Mamés le han puesto una txapela de diseño de
última generación y llevan meses tapando goteras. Por no hablar de
Calatrava, necesitado de unos cuantos que aporten sentido común a sus
diseños y conocimiento del medio circundante como, por ejemplo, la ley
de la gravedad. Aunque, también es posible que, ante su escasez, no
pueda pagarlos.
)
La artista japonesa Yoko Ono ha acompañado hoy la inauguración de su exposición retrospectiva en el Museo Guggenheim de Bilbao con un mensaje de optimismo, al mostrarse convencida de que se está creando "un mundo bello" en el que todos pueden estar conectados y que se está "cerca de la paz"... y de los puestos Champions. Por eso ha querido homenajear al Athletic con una interpretación muy especial. Aarón Callaghan tiene la prueba. Hay que verlo para creerlo...
Un
país que se ha quedado sin Rouco Varela se desmadra enseguida. Algunos
indicios nos hacen sospechar que van a cambiar muchas cosas. Para
muestra, el vídeo de la Procesión de la Iglesia de los Caballeros Jedi de la Nueva
Esperanza, en Sanlúcar de Barrameda; y la del santo con música de "A las barricadas", en Galicia. ¡Que nos cojan confesados!
El jediísmo es un movimiento religioso inspirado en la saga de películas
de "La Guerra de las Galaxias" que utilizó distintos aspectos del budismo, el taoísmo, el sintoísmo y algunas
creencias celtas. La «religión» nació como resultado de una broma
en Reino Unido en el censo de 2001, cuando cerca de 400.000 personas
declararon entre sus creencias los postulados Jedi. Los resultados del
nuevo censo de la República Checa
revelaron que 15.070 ciudadanos del país se decantan por La Fuerza
frente a las religiones mayoritarias (1.080.000 personas se identifican
como católicos).
EL doctor Frédéric Saldmann quiere revolucionar la terapia cardiológica y aconseja eyacular doce veces al mes para reducir a la mitad las enfermedades del corazón. Dado el gran número de dolencias de este tipo que padecemos en Euskadi, algunos se han propuesto bajar radicalmente su número de poluciones mensuales para ajustarse estrictamente a las recomendadas por el galeno. El resto se lanza con avidez sobre su libro titulado El mejor medicamento eres tú. La salud está en tus manos para ver si explica el método de conseguirlas en un país donde es tan difícil intercambiar fluidos sin pasar por la vicaría o el juzgado.
No obstante, para los perspicaces no habrá pasado desapercibido el subtítulo de la obra: La salud está en tus manos. ¿En mis manos? ¡Acabáramos! Así que el citado doctor es partidario del amor propio y le da igual que nos quedemos ciegos a costa de participar en maratones onanistas.
Personalmente, Saldmann no me parece de fiar. Si sus datos fueran ciertos, en una población que no eyacula, la tasa de mortalidad por infartos sería enorme. Por ejemplo, en el clero, y no lo es... A menos que… Bueno, a lo que iba. Que en un par de minutos, cinco si usted es un romántico y le gustan los preliminares, puede conseguir en meses un corazón de titanio y un bíceps de granito.
Además, si alguien le pide un informe sobre su vida sexual, podrá entregar ocho folios: uno con sus relaciones de pareja y el resto metiendo mucha paja. Aaaahhhh ahhhhh aaaaaaahhhhhh.