lunes, 14 de noviembre de 2016

Carta a un poeta de retrete


Uno de tantos retretes ilustrados
ESTIMADO poeta anónimo. He quedado muy impresionado con el verso que dejó usted grabado en la pared del retrete del bar que frecuento. Permítame recordárselo: "Aquí follé con Leire". Reconozco que lo leí en un momento en el que resultaba difícil prestar atención a algo que no fuera la tarea que me ocupaba y, aun así, me impresionó vivamente e hizo volar mi imaginación a lugares y tiempos remotos. Sobre todo, porque es asombroso que pudiera acoplarse a Leire en un cubículo tan reducido que, a día de hoy, obliga a desabrocharse la bragueta antes de entrar en él.
 Su capacidad de síntesis para expresar la pasión, el desenfreno, el fulgor de la fluorescente y el éxtasis final está fuera de duda y conmovió mi espíritu en lo más profundo. No obstante, y dado que ya controla usted la técnica para emocionarme y emocionar a Leire, permítame aconsejarle sobre algunos aspectos que, en mi humilde opinión, podrían ayudarle a perfeccionar la larga carrera que le auguro en la literatura parietal contemporánea. La próxima vez expláyese algo más. Sus lectores estamos ávidos de saber quién es Leire o qué es. ¿Una mujer, un ente dilucidado, un hámster? Entre Cincuenta sombras de Grey y un tuit hay muchos géneros para desarrollar. Y muchos retretes por ilustrar. Explórelos y háganos felices. Ah, y salude a Leire, la contorsionista, de mi parte.
Josetxu Rodríguez 
@caducahoy

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