viernes, 21 de abril de 2017

Le Pen, muerta de envidia

 
CUANDO vi la agresión ultra de Bilbao experimenté dos sensaciones contrapuestas. Por un lado, me hirvió la sangre, y por el otro, se me heló el corazón. El primer impulso estaba relacionado con la sed de venganza, el instinto primario de devolver el daño corregido y aumentado: el ojo, por los dos ojos, y el diente, por la dentadura completa. Escuchando los comentarios a mi alrededor me quedé corto, muy corto, ante la capacidad del personal para imaginar tormentos que ni los guionistas de Juegos de tronos se atreverían a soñar.
 Pasado el calentón, y cuando la sangre se retiró del cerebro, pude sentir el frío en el corazón al constatar que todavía hay seres humanos que no merecen el nombre. Como ese homínido sin evolucionar y con el cerebro de una rata almizclera que, en la Plaza Nueva de Bilbao, golpea, humilla, abusa y persigue a una persona tan indefensa como lo serían ustedes o yo. Le vemos en las imágenes con su coro de primates coreándole los golpes y sentimos que no es posible que campen a sus anchas y alardeen de ello en las redes sociales sin que alguien les proteja y agasaje. Como a quien organiza homenajes a los generales franquistas y cantan el Cara al sol con un exministro presente. 
Si la ultraderecha no se presenta a las elecciones es porque ya está gobernando. Hasta Marine Le Pen se muere de envidia por el poder que atesoran sus camaradas españoles.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy




Los huevos "cabreaos"

huevos raros, huevos cabreaos

NOS llamó la atención el menú porque solo tenía dos platos: huevos raros y huevos cabreaos. Colgaba de la pared de piedra de una casa-bar junto a un río, en uno de esos valles profundos de Asturias. La atendía un tipo con coleta y porro en la boca que nos sirvió los cafés en la calle sobre una mesa oxidada. El azúcar nos lo trajo en un bote de Nesquik. Las puertas del local estaban abiertas de par en par y el equipo de música atronaba el entorno. “Yo soy feliz aquí, solo con la perra. Antes vivía en la ciudad, pero no la echo de menos. La música está a tope porque estoy del trino de los pajaritos hasta los cojones”. 
Nos dijo que tenía pocos clientes, pero que si no venía ninguno, pues mejor. Cultivando cuatro cosas y pescando angulas iba tirando. Le preguntamos por sus recetas y explicó que los huevos raros los hacía con pimentón, vinagre Pedro Ximénez y un secretillo. “Le gustan a todo el mundo, incluso a los niños, que son muy repelentes para la comida. Se diferencian de los cabreaos en que estos llevan el pimentón picante”. Mientras hablaba, entraron seis personas al local, pero les ignoró por completo y se fueron. Él siguió con su discurso: “En verano incluiré los huevos enfadaos, que llevan pimentón dulce y picante y creo que no contentarán a nadie, ya sea por exceso o por defecto”. En este punto cesó su perorata y se fue, no sin antes advertirnos que saliéramos agrupados, “que la perra es ovejera y muerde al que va por libre”. ¡Manda huevos, qué gran chef!
Josetxu Rodríguez
@caducahoy

sábado, 15 de abril de 2017

Trimp, Tramp y Tromp

Trump nuclear

LOS que estamos bien informados lo sabemos: hace tiempo que la Tierra fue invadida por los ladrones de cuerpos, esos entes que llegaron del espacio exterior para colonizarnos. Abducen tanto a personas ilustres como a nuestros cuñados o, incluso, a miembros de nuestra familia, y los dirigen a su antojo como si fueran marionetas locas. Ocurrió con Felipe González. Acababan de llegar al planeta y les gustó su estilo de buen chico, estudiado, con labia y sin coleta. Se hicieron con él y, de la noche a la mañana, era presidente del Gobierno y pasó del “OTAN, no” al “Vamos a entrar y, luego, si eso, ya nos saldremos”. 

Desde entonces, los ladrones de cuerpos se han extendido y no solo los roban, también los clonan para colocarlos en más países y crear el caos. Ahí están Trimp, Tramp y Tromp, los tres mandatarios de EE. UU., un experimento fallido. Los crearon para usarlos después en Inglaterra, Alemania y Francia, pero cada uno va a su bola y no hay quien los controle: mientras uno hace negocios con Putin, el otro dispara misiles y "superbombas" como si fueran fuegos artificiales. El tercero persigue por los pasillos a Melania, que no quiere vivir en la Casa Blanca con un zombi, porque el Trump real se rompió y está enterrado en los cimientos del último hotel. Visto el fiasco, ahora lo van a intentar con Rajoy, que ha conseguido llevar a España al siglo pasado. Las elecciones les dan igual a los ultracuerpos, pero les interesa mucho los viajes en el tiempo. En eso, Mariano es un especialista.
Josetxu Rodríguez  @caducahoy

martes, 11 de abril de 2017

El amigo inglés y el Brexit




MI amigo es un inglés de libro. Podría entenderse Inglaterra observando a mi amigo inglés, lo mismo que pueden conocerse los océanos meditando sobre una gota de agua. Alto, rubio, espigado, con pantalones planchados y calcetines para ir a la playa. Se casó con una chica de Bilbao que comenzó a traerlo de vacaciones a la Península para que se le secaran los zapatos y perdiera ese color lechoso que tenía su piel. 
Fuimos congeniando poco a poco, saltando la barrera del idioma como podíamos. Yo le explicaba los chistes de bilbainos con señas y él me recitaba a Shakespeare con ese tono que solo pueden dar siglos de declamación escolar. Alucinaba con nuestros horarios, la comida, los gritos, la siesta y las fiestas. Y yo con su vida ordenada, el té, que por la noche metiera los zapatos en una horma y que fuera simpatizante de la Thatcher. 
Con los años llegamos a querernos e intercambiamos costumbres, semillas y un amor incondicional por la naturaleza. Me hizo albacea de su hijo y eso nos unió aún más. Hace unos meses su mujer me preguntó qué queríamos que votara en el referéndum sobre el Brexit y, acto seguido, se manifestó harta de que la UE le dijera de qué tamaño tenían que ser los pepinillos que echaba a la ensalada. Conociéndolos, creo que eso era imperdonable.
Se han cometido errores en Londres y en Bruselas, pero me da igual. Nuestra amistad está por encima de las fronteras y esa es la mejor forma de crear una Europa más Unida.
Josetxu Rodríguez 
@caducahoy

viernes, 7 de abril de 2017

A por ellos, Wyoming


EN esta orgía judicial contra titiriteros, humoristas, sátiros y tontolabas de todo tipo y condición se acaba de producir un hecho de vital importancia. La Audiencia de Madrid acaba de admitir a trámite una denuncia contra José Miguel Monzón, alias El Gran Wyoming, y Daniel Mateo, del programa televisivo El Intermedio, por decir que el Valle de los Caídos es “una mierda”, algo que suscribo totalmente desde el punto de vista arquitectónico, turístico, ético e histórico. Esto, que no deja de ser una mera opinión, se ha convertido, según los jueces, en un “delito de odio” contra la religión católica porque en el citado adefesio monumental hay una cruz.
La inquisición franquista 2.0 que campa a sus anchas por los juzgados está acostumbrada a cazar tuiteros, raperos y gente sin medios para defenderse debidamente. Pero ahora quieren cobrarse una pieza con colmillo retorcido y programa de televisión en prime time y eso no es tan fácil. Imagino que el presentador ya estará celebrando el éxito de audiencia, mientras sus fieles preparan cervezas y patatas fritas para no perderse el contraataque. 
Como detalle anecdótico les recuerdo que Wyoming y un servidor defendimos a Mitrofán y nos enfrentamos al rey y su panda por matar osos borrachos. (Decidan ustedes el doble sentido de la frase que nos llevó a la Audiencia Nacional) Nosotros seguimos en nuestros puestos y al monarca le han echado del trono a patadas. Así que cuidadito con los humoristas, que nos carga el diablo.
Josetxu Rodríguez 
@caducahoy