martes, 17 de octubre de 2017

El alcohol va a misa



SI no soy bebedor es porque el mundo me hizo así. No es mérito propio, sino un reflejo condicionado. Mi infancia giró alrededor del bar de mis padres y me pasó lo mismo que a los monaguillos, que tanto tiempo junto al vino de misa les provoca un síndrome que, de adultos, les impide pisar una iglesia ni para casarse. 
Conocí a muchas cuadrillas de txikiteros cuyos miembros iban desapareciendo misteriosamente, de un día para otro. Me recordaban aquellas cargas de las películas, donde un ejército avanzaba en apretadas filas y todo el soldado que caía era reemplazado inmediatamente por otro. Pensé que más pronto que tarde serían sustituidos por adictos de nueva generación: los fumadores de porros, por ejemplo. Pero de eso, nada. Ahí siguen defendiendo sus territorios poteros contra viento y marea. 
Las cuadrillas celebraron su fiesta cantando y, como siempre, ajenos al riesgo de su actividad. No les asusta el alcohol, una sustancia que si se descubriera hoy, estaría prohibida por su capacidad de adicción y peligrosidad. Aunque puede ser que teman más el precio del botellín de agua, que cotiza en el Ibex. 
La última vez que estuve en el médico me preguntó si bebía. Le dije que una cerveza con la comida y anotó en su informe: alcoholismo moderado. Igual es lo mismo que les dicen a ellos y han decidido que de perdidos al río. Yo me lo pensaré.

Josetxu Rodríguez
@caducahoy


 El pasado día 11 se celebró la Fiesta de los Txikiteros (Pablo Viñas)

1 comentario:

  1. ¡Hola, amigo en la distancia cibernética!
    Hace tiempo que no te escribo aunque procuro leer todas tus entradas, si no a tiempo con algo de retraso ¡usted me disculpará!
    En mis tiempos mozos se te iniciaba el alcohol muy temprano, no en vano sigo teniendo como uno de los días más felices de mi vida aquél en que en un verano madrileño mi padre me llevó al Bar Osendi, muy cerca de casa a tomar el aperitivo: "Cerveza con gaseosa y boquerones en vinagre" !Me convertí a la religión inmediatamente, no necesitaba más argumentos!
    Unos años más tarde, también con mi padre, me dió nuevos motivos para reconfirmarme en mi religión: "Cerveza, Cecina de Caballo y Almendras" esto ocurrió en Ponferrada, en aquellos años en que decidieron vaciar su castillo para hacer dentro de sus muros un campo de fútbol... En fin, otra historia increible...
    ¿Paralelismos? Pues fui monaguillo, descubrí los alcoholes demasiado pronto, también el tabaco y tuve que esperar hasta 1985 para que el sentido común me recordara que debía usar mi fuerza de voluntad para alejarme de los vicios inútiles. La batalla duró casi tres años y gané, nunca llegué a ser adicto pero si idiota, es decir, lo que antes se definía como bebedor social.
    Han pasado muchos años y ocurre que hace apenas unas horas, en mi última revisión médica (arrastro las secuelas de un duro accidente) el médico me ha formulado la misma pregunta y le he contestado con el soniquete de siempre "Desde 1985, nada" él ha insistido y se me ha ocurrido decirle que éste verano si me he tomado alguna cerveza 0'0, ya sabes, sin nada de alcohol y él tranquilamente ha anotado "moderado". He intentado corregirle explicándole que si soy un gran bebedor de agua y zumos de mi licuadora, pero él ha sentenciado que si bebo cerveza es porque el cuerpo reclama su droga!!!
    Cuando me ha preguntado por el tabaco me he limitado a responderle que me gusta ir aspirando los humos de los tubos de escape...
    y no, no se ha reido

    (Te ruego disculpes las posibles faltas ortográficas pero te escribo bajo los efectos de tranquilizantes que, por lo que se vé, no son ni adictivos ni perjudiciales para la salud)

    ¡Suerte y Hasta otra!
    Carlos Juliá

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